Cómo son las corridas de toros
Parece difícil de creer que en esta supuesta era civilizada, un espectáculo sangriento y cruel siga floreciendo en España y en otros países. Las corridas de toros son una barbarie que se deberían de haber prohibido como las batidas de osos y de otros animales.
Es difícil entender cómo las muchedumbres pagan dinero y sienten placer al ver un pobre animal (que nunca les ha hecho ningún daño) morir tras varios minutos de sufrimiento. ¿Cómo puede alguien cantar olé al clavarle una banderilla al toro que está atormentado por el dolor?
Las corridas de toros tienen una imagen pública muy glorificada, se presentan como un concurso entre el matador, que con valentía pone en riesgo su vida y su integridad física para hacer frente a una bestia feroz y enojada.
Las corridas de toros son vistas por muchos como el misterioso ritual entre el hombre y la bestia, que es una parte integral de la cultura española. Por este motivo, muchos turistas que visitan España, sienten que ver una corrida de toros es algo imprescindible en sus vacaciones, así como los turistas que visitan Londres van a ver la torre de Londres.
Sin embargo, después de presenciar el horror escarpado de esta repugnante matanza, sólo el más endurecido y cruel consideraría una segunda visita a la plaza de toros.
El toro no es un animal agresivo, y el motivo por el que intenta mochar al matador en la plaza de toros es porque se ha abusado de él horriblemente en los dos días anteriores. Se le encierra en un lugar pequeño y oscuro un par de días antes de que salga al ruedo, el propósito de esto es desorientarlo.
Cuando sale, corre desesperadamente hacia la luz al final del túnel pensando que por fin ha acabado su sufrimiento y va a ser libre, pero se encuentra en la plaza de toros para hacer frente a una multitud burlona y sus asesinos.
La secuencia de acontecimientos se inicia cuando el toro se enfrenta a los picadores, hombres a caballo que pinchan al toro para agotarlo. Le cortan los músculos del cuello con una pica. El toro entonces inicia un sangrado hasta la muerte.
Los banderilleros empiezan manos a la obra con las banderillas. Estas se hunden en el cuerpo del toro, y pueden utilizar hasta 6 banderillas.
La muerte debe durar 6 minutos y es realizada por el matador principal. Si tiene alguna dificultad (que es una ocurrencia extremadamente rara), los otros inmediatamente corren en su ayuda y acaban con el toro.
El matador, se supone que corta la artería principal cerca del corazón con una espada, pero esto raramente sucede. A menudo tiene que volver a repetir la estocada antes de que la criatura se libere del sufrimiento. Durante ese tiempo, los pulmones y el corazón se pinchan y vomita sangre.
Si milagrosamente se empieza a levantar de nuevo, recibe más mutilaciones por parte de sus torturadores. Finalmente se acuesta de rodillas y se deja caer. El torero le corta las orejas y la cola (a menudo estando totalmente consciente) y su cuerpo sangrante es arrastrado alrededor del ruedo.